A pesar de un crecimiento económico sostenido y el reciente Acuerdo de Paz, poniendo fin a décadas de conflicto interno, Colombia sigue teniendo uno de los niveles de desigualdad más altos del mundo.

Nuestro país tiene el potencial de ser una nación próspera, inclusiva e innovadora, pero sólo si las nuevas generaciones trascienden las divisiones profundamente arraigadas que impregnan todos los aspectos de la vida.

Creemos que la empatía está en el corazón de esta promesa, la que sólo puede surgir cuando realmente nos veamos, escuchemos y tratemos de entendernos unos a otros.

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